Todo comenzó en un bar, entre amigos tomando algo, cuando Julio Baeza y José Alberto Verdú tuvieron la idea. En una servilleta arrugada apuntaron, con un bolígrafo prestado, una palabra: Acho.
¿Acho? Sí, Acho. Un término que coloquialmente, en nuestra tierra Murcia,sirve para dirigirse a los amigos en confianza. ¿Acho cómo estás?, ¡Acho qué risa!, ¡Acho qué bueno está!, Acho esto y Acho lo otro…
Y dándole vueltas aquella tarde de mayo de 2015, Julio y Jose Alberto en aquella servilleta lo vieron claro. ¡Qué mejor palabra que evocase las emociones que queríamos transmitir con el proyecto!
Un nombre para nuestras pataticas fritas, que pudiera contener la alegría del sol, el mar y la huerta — el sabor de la tierra — de los momentos de relax y de las risas entre amigos. Compartir, amar, reír. Todo dentro de una bolsa. Una palabra tan nuestra, que cuando lanzamos el producto logramos, nunca mejor dicho, tocar la patata de la gente, haciéndoles sentir con cada crujiente bocado, que Acho, no era una sensación nueva, sino había estado siempre entre todos nosotros.
Hoy 7 años después, conservamos esa servilleta. Para que nos recuerde, siempre entre risas, la esencia con la que se forjó un este bonito proyecto.
Hoy, podemos decir orgullosos que comercializamos nuestros productos en 17 países. El resto de nuestra historia está por construir. Acho, ¿te vienes?